Queridos amigos!
El viaje es algo hermoso, pero no es siempre fácil! Es una buena metafora de la vida, pues no es un largo río tranquilo sino mas bien un arroyito impetuoso, con saltos y rápidos.
En Venezuela, existen dos tasas de cambio: una oficial y una paralela. La tasa oficial es de 2.15 bolivares por un dólar mientras la paralela es de 6.5! O sea, si uno se pone a pensar con la tasa oficial, todo es carísimo! En esta situación, comprar dólares a la tasa oficial es una locura. Entonces, no nos queda otra que mantenernos con la venta de nuestras queridas fotos. Y no es siempre sencillo! En todo el estado de Sucre, la mayoría de los funcionarios no está pagada desde ya hace 5 meses! La gente tiene otras preocupaciones que comprar fotos y cuando llegamos al domingo, solo nos quedaban 5 bolivares, ni siquiera lo necesario para comprarnos un kilo de papas!
El viernes, pasamos la noche en lo de Francisco, alias Secuestro, un hombre super agradable que vive de forma muy aislada en la afueras de Mochima, un pueblo de pescadores en la ruta de Caracas. Alrededor de su rancho hecho de materiales de todos tipos, hemos pasado una parte de la noche cocinando, charlando, luchando contra los mosquitos... Muy lindo! A la mañana siguiente, cuando nos fuimos, contabamos con una amigo nuevo y una bolsa de mas o menos 5 kilos de deliciosos mangos!
Tomamos la ruta de Puerto La Cruz, siempre en la dirección de Caracas. Se trata de una gran ciudad balnearia hecha de altas torres de acero y vidrio, shopping centers y barrios privados. Ropa de marca, autos flamantes, tetas hechas y joyas ostentosas. Es un territorio de nuevos ricos. Ahi, nuestra concepción del sueño no encontrómucho éxito: no vendimos ni una sola foto!
Y es asi como hemos llegado al domingo a la madrugada con un agurejo cósmico en los bolsillos.
Estábamos en Piritu, un pequeño pueblo ubicado frente a una larga playa que parece ser el punto de encuentro de todas la familias de la región. Un lugar muy característico de Venezuela: los 4x4 estacionados bajo las palmeras, el sol, la playa y todas las familias emborrachándose! Ahí sacamos todas nuestros argumentos: no solo salimos con nuestras fotos sino que también con una canasta llena de mangos! Y a vender todo esto! Debe existir un angel protector de los viajeros porque no saben lo bien que nos fue!
No sabemos si fue por los litros de alcohol que toda esta buena gente llevaba en la sangre o por la fuerza de nuestras palabras, pero vendimos tan bien que pudimos pasar la mayor parte de la tarde disfrutando de la playa! Estábamos salvados!
El lunes, tomamos tranquilamente la ruta de Caracas, donde llegamos el martes alrededor de las 12. Caracas es una de estas grandes metrópolis latinoamericanas que dan un poco vertigo. Penetrarla en auto es un flash. Primero, el tráfico empieza a densificarse. Los carteles publicitarios son cada vez mas numerosos, los edificios cada vez mas altos y las zonas industriales cada vez mas numerosas.
Los camiones salen de todos lados, el transito se hace caótico. Todo va muy rápido. Pasamos bajo una autovia, agarramos otra... Puentes, túneles, curvas... La autopista penetra cada vez mas dentro de la ciudad. Las motos nos pasan con furia, los camiones nos tocan bocina. La autopista sigue, siempre hacía el centro, a la manera de los tentáculos de una calamar gigante. Nos lleva, nos lleva... Y de repente nos echa en su pleno centro, avenida Bolivar. Ahí está todo más tranquilo, estamos en el ojo de la tormenta. Quedamos unos instantes aterrados. Estamos en Caracas!
Salemos en búsqueda de un cyber, para ver si nos contestó Igor, nuestro contacto CouchSurfing. No nos ausentamos más de 10 minutos pero fue demasiado tiempo. Cuando volvemos, tenemos la muy desagradable sorpresa de descubrir que alguién entró en la Combi y se llevó una caja con TODOS nuestros documentos, los pasaportes, los papeles del auto, las fotos... Una desesperación! Corrimos hacía la policía, pero su reacción fue horrible. En la comisaría, estaban todos jugando con sus celulares y nadie nos prestó atención. Cuando empezaron a moverse, ya había pasado tanto tiempo que los ladrones habían tenido todo el tiempo de irse.
Así que desde este momento, pasamos todos nuestros días caminando entre nuestras dos embajadas, los notarios, los cybers. Vamos a poder obtener copias de todos los documentos, hasta los que solo se pueden hacer en Francia y Argentina. Pero lleva mucho tiempo...
Sin embargo, no la pasamos mal. Parece que el angel de los viajeros nos dio otra mano grande llevándonos a la casa de Igor, un ex abogado reconvertido en profesor de yoga, un tipo formidable! Su casa se ha transformado en un especie de albergue español en el cual estuvimos hasta 8 viajeros! Están Marina, de Italia, Paolla y Keith, una pareja mejicano-norteamericana, Ulku, de Turquía, John y Denis, de Lituania, Javier y otros amigos de Igor que siempre están dando vueltas por aquí. No saben lo bien que la estamos pasando! A la noche, pasamos horas charlando en la cocina, tomamos mate, sangría... Pura alegría!
Una vez mas, constatamos lo parecido que pueden ser personas que vivieron a miles de kilómetros las unas de las otras. Mas que nuestro país de pertenencia, son las experiencias vividas que fundan nuestras identidades.
Deberíamos pasar mínimo una semana más en Caracas, el tiempo de realizar todos los trámites, pero ahora que conseguimos un dulce hogar, el tiempo no nos parece tan largo.
Si bien nuestro mundo es una selva, también es poblado por personas formidables que hacen encuentros inolvidables. Que bueno es vivirlo!
Les mandamos un abrazo gigante!
Chers amis!
Il ne faut pas croire! Voyager, ce n´est pas toujours facile! c´est bien comme la vie: ce n´est pas un long fleuve tranquille mais plutôt un petit ruisseau impétueux!
Au vénézuela, beaucoup de choses sont difficiles à comprendre. Par exemple, il y a deux taux de change: un taux légal de 2.15 bolivars pour un dolar et un taux partallèle beaucoup plus proche de la réalité de 6.5 bolivars pour un dolar. Bien évidemment, toutes les transactions bancaire se font au teaux légal.Dans ce contexte, il nous est pratiquement impossible d´utiliser notre carte. en gros, nous ne pouvons compter que sur nos photos!
Comme dans la province de Sucre, la majeure partie des fonctionnaires est impayée depuis plus de 5 mois, nous n´y avons pas vendu la moindre photo. Le vendredi, nous sommes arrivés à Mochima, un petit village de pêcheurs situé sur la route de caracas et nous n´avons pas eu plus de succès. Nous avons passñe la nuit chez francisco, un original qui vit de manière isolée dans une cabane de bric et de broc située sous des manguiers, à la sortie du village. Nous avons passé une partie de la nuit à cuisiner au feu de bois, à bavarder, à découvrir son univers.
En lui disant aurevoir samedi au petit matin, nous étions plus riches d´un nouvel ami et d´un grand sac d´au moins 5 kilos de mangues! Nous sommes allés à Puerto La Cruz, une grande station balnéaire faite de hautes tours de verre et d´acier, de centres commerciaux de luxe, de quartiers privés et de plages de sable fin. Gros 4x4, seins siliconés, strass, paillettes et grandes marques: c´est une terre de nouveaux riches. Nos photos s´y sont très mal vendues, il semblerait que notre idée du rêve ne soit pas celle qui est à la mode cette année. Le soir venu, nous avons repris la route.
Et c´est ainsi que dimanche matin nous sommes arrivés à Piritu, un petit villlage qui s´étend face à une grande plage de sable ocre qui constitue le point de rencnontre dominical de toutes las familles du coin. L´ambiance est très vénézuelienne. Les grosses voitures stationnent à même la plage, sous les cocotiers, l´alcool coule à flots et la musique est omniprésente.
Cette fois ci, nous avons sorti tous nos arguments. Non seulement nous nous sommes mis à vendre nos photos mais nous avons rempli le panier de mangues et, armés de notre discours bien huilé, nous sommes allés à la rencontre de tout ce beau monde. Carton plein! En quelques heures, nous nous sommes renfloués. Les mangues sont parties comme des petits pains et les photos ont eu beaucoup de succès. Nous étions sauvés!
Nous avons passé le reste de la journée à profiter du soleil et de l´eau puis nous avons pris la route de Caracas, tranquillement. Nous y sommes arrivés mardi, aux alentours de midi.
Caracas est une des ces mégalopoles latino américaines qui donne un peu le vertige. Y arriver en voiture est un flash. D´abord, le traffic se densifie. Les panneaux publiciaires se multiplient, les immeubles se font de plus en plus nombreux, de plus en plus hauts. Les premiers quartiers pauvres font leur apparition.
Les zones industrielles et commerciales se succèdent, les camions sortent de toutes parts. Le traffic est hyper dense mais la vitesse est élevée. Nous passons sous une voie rapide puis au dessus d´une autre. L´autoroute ne cesse de nous emmener vers le centre, à la manière des tentacules d´une pieuvre géante. Les motos nous doublent de tous les côtés, les camions nous klaxonnent. Ils utilisent la bande d´arrêt d´urgence pour nous dépasser. Et on continue, toujours vers le centre. Bientôt, on apercoit les tours des grandes multinationales. IBM, PEPSI, CHRYSLER, PANASONIC...
L´autoroute est perchée à 10 mètres au dessus du sol, on ne voit plus que les autre voitures, vrombissantes. Nous poursuivons notre folle marche et tout à coup, à la sortie d´un énorme échangeur, nous sommes expulsés en plein centre, avenue Bolivar. Feu rouge, la vitesse s´arrête, enfin. Nous sommes dans l`oeil du cyclone, nous sommes arrivés à destination.
Le temps de reprendre un peu nos esprits, nous partons quelques minutes à la recherche d´un cyber café, histoire de voir si Igor, notre contact Couch Surfing sur Caracas nous a répondu. Nous ne nous sommes pas absentés plus de 10 minutes mais ce fut déjà trop. Quand nous sommes revenus, la portière du conducteur était grande ouverte, la glaciaire dans laquelle nous avions rangé nos photos et tous les papiers d´identité ainsi que ceux du véhicule avait disparu!
Nous avons courru au commissariat le plus proche, desespérés. La réaction de la police locale fut à la hauteur de sa réputation. Ces hommes en un informes étaient tous très occupés à jouer avec leurs téléphones portables. Aucun n´a voulu bouger. Au bout d´un moment, nous avons explosé d´une telle manière qu´ils ont bien daigné faire un tour dans le quartier mais il était dèjà trop tard, notre glaciaire était loin...
Depuis ce jour là, nous passons l´essentiel de nos journées à naviguer entre nos deux ambassades. Par chance, nous allons pouvoir refaire l´ensemble de nos papiers, y compris ceux qu´on ne peut obtenir qu´en France et en Argentine. Le principal problème, c´est que c´est long.
Une nouvelle fois, nous avons été sauvés par une incroyable rencontre, celle d´Igor, un ex avocat reconverti en professeur de yoga. C´est chez lui que nous vivons. Son appartement est une sorte d´auberge espagnole dans laquelle nous avons été jusqu´à 8 voyageurs! Il y a Marina, psychologue italienne, Paolla et Keith, un couple americano-mexicain, John et Denis, deux gars de Lituanie, Ulku, un turc résidant en Finlande ainsi que Javier et tous les amis d´Igor qui ne manquent jamais de venir passer un moment.
Nous passons nos soirées à bavarder en écoutant de la musique, en buvant du maté, des jus de fruits et de la sangria. Nous partageons nos différentes expériences, nous parlons du Vénézuela, du voyage, de littérature....
Encore une fois nous découvrons l´énorme quantité de choses qui nous lient à des jeunes du monde entier, pour peu que nous ayons vécu des expériences communes. Bien plus que notre pays d´origine, ce sont bel et bien nos expériences qui fondent notre identité.
Nous allons sûrement rester une autre semaine supplémentaire sur Caracas, le temps de finir toutes nos démarches. Mais qu´importe, maintenant que nous nous sommes trouvés une tribu, le temps n´a plus la même importance!
Le monde est une jungle certes, mais c´est aussi une terre de rencontres inoubliables, peuplée de personnes formidables. Comme il est bon de s´en rendre compte!
Nous vous embrassons bien fort!!