Sol sobre Panamá! / Du soleil sur Panamá!

Queridos lectores,

Tal vez ya se dieron cuenta pero en Panamá, llueve bastante. La estación húmeda dura algo como nueve meses y obviamente, a uno le deja el tiempo para quedar bien mojado. Desde que estamos aquí, recibimos una buena cantidad de agua y tenemos ganas de decir que fue tanto en sentido propio como figurado: entre el fallecimiento de nuestro motor y la noticia de que necesitamos otro pasaporte para el chofer, el proyecto Amerikando recibió unos cuántos litros de agua!

En definitiva, todo esto sería un poco triste si no sabríamos que después de la tormenta viene… el sol!

El sol volvió el viernes al medio día, cuando después de horas de espera y nervios, le aprobaron a Iris su visa norteamericana! Ahora si, no nos queda ninguna duda: vamos a patinar en la pista de hielo que está bajo el árbol de Rockefeller!

El sol volvió también hoy al medio día. Justo una semana después de haber ingresado al taller de Samuel, nuestra querida Kombi volvió a la vida! Prendimos el contacto y nos pegó unos hermosos gritos de recién nacida… Muy emocionados los padres! El motor arrancó perfecto, funciona mejor que nunca y hemos aprovechado para hacerle un pequeño lifting… Miren qué pinta!

Obviamente, todo esto no se hizo sin dificultades. Se tuvo que hacer todo el trabajo dos veces porque a la señora Kombi se le ocurrió joderse de vuelta cuando ya la habíamos armado toda! Samuel trabajó como loco para que esté bien y realmente, no sabemos como agradecerle. Sin su ayuda, como hubiésemos seguido? Además, hemos compartido la vida de su taller, donde se vive como en una gran familia. Yasi (su señora) nos cocinó buenísimos platos y muchas veces este lugar se parece más a un club social que a un taller de mecánica! Ahí hemos encontrado gente buenísima como Mauricio, Alexandra o Carlos y con ellos pasamos momentos lindísimos. También pueden echar un vistazo al agradecimiento que hemos escrito a Samuel en la PARTE AGRADECIMIENTOS

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 Samuel, Yasi, MIL GRACIAS!!

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Y el sol volvió, por fin, el domingo a la mañana, cuando sus cálidos rayos nos permitieron disfrutar de Panamá, de su centro histórico, de sus reflejos  en la bahía. El domingo es perfecto para esto. Hay un mercadito de pulgas que trae animación, familias paseando, gente charlando, bandas tocando salsa y niños haciendo locuras al borde del agua.

Es más: cerca del mediodía, el sol pegó tan fuerte que nos obligó a buscar un poco de frescura. Decidimos ir a visitar el Museo del Canal y realmente no nos arrepentimos! Está sumamente bien hecho y da la oportunidad de entender a qué punto la historia de este pequeño país fue condicionada por las fluctuaciones del mundo que lo rodea.

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En efecto, la historia de Panamá no es otra cosa que una sucesión de periodos de euforia y de periodos de crisis, en función de factores totalmente externos y fuera de su alcance: los españoles transportan todo el oro de Perú por el istmo: ARRIBA; los ataques de los piratas ingleses los obligan a dar la vuelta por el cabo de Hornos: ABAJO; Las luchas independentistas de Latino-América impiden el transporte marítimo: ARRIBA; las nuevas Naciones abren líneas comerciales por todos lados: ABAJO; el descubrimiento de oro en California empuja miles de yankees a pasar de un océano al otro: ARRIBA; Estados-Unidos termina su primer ferrocarril trans-continental: ABAJO… Y así hasta la inauguración del canal en 1914 y su entrega al Estado panameño en 1999, por fin! Después de todos estos acontecimientos, no es sorprendente si lo cuidan como un joya de cien quilates!

Mc Donald´s para festejar la Kombi y gaseosa libre: la felicidad! 

Hoy el canal de Panamá simboliza el futuro del país. Es su mayor  activo y le da una dirección a esta Nación  muy joven… Un poco como  nuestra Kombi reconstruida! Es nuestro activo más valioso, el que nos va a permitir seguir el sueño dentro de unos días cuando tendremos nuestros pasaportes en el bolsillo y que sentiremos nuevamente el asfalto pasar bajo nuestros pies!

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Très chers lecteurs,

Vous vous en êtes peut-être déjà rendus compte mais au Panamá, il pleut beaucoup. La saison des pluies dure neuf mois et bien évidemment, ça laisse le temps de se faire bien rincer. Depuis notre arrivée, nous avons été copieusement servis et nous avons envie de dire que ce fut au propre comme au figuré. Entre le décès prématuré de notre moteur et la découverte de la nécessité d´obtenir un nouveau passeport pour le chauffeur, le projet Amerikando s´est fait bien mouiller.

Tout cela serait un peu triste si on ne savait pas qu´après la pluie vient… le beau temps! Et bien ça-y-est, le soleil est de retour!

Le soleil est de retour d´abord parce que vendredi dernier, après de longues heures d´attentes et de stress, Iris a obtenu son visa pour les Etats-Unis! Cette fois-ci il n´y a plus aucun doute, nous allons faire du patin à glace sous l´arbre de Noël de Rockfeller!

Le soleil est de retour ensuite parce que ce midi, après une semaine passée en compagnie de nos amis du garage de Samuel à reconstruire un moteur pour notre Kombi, cette dernière a parfaitement redémarré. Elle nous a poussé de magnifiques cris de nouveau né, c´était émouvant comme tout. Le moteur tourne au poil et on a bien du mal à le reonnaître. On en a d´ailleurs profité pour lui faire un p´tit lifting façon starsky et Hutch, regardez comme il est beau!

Oui, oui, on vous la met deux fois mais ça en jette quand même, non?! 

Notez bien que tout ça ne s´est pas fait du jour au lendemain. Il nous a fallu une semaine complète pour redonner vie à Madame Kombi et sans Samuel et ses copains, nous y serions encore. Les heures qu´il a passé à travailler sont incalculables et s´il nous avait fallu payer, nous aurions probablement perdu la majeure partie de ce qu´il nous reste. SAMUEL, UN GRAND MERCI!!

(Vous pouvez aussi jeter un oeil aux quelques lignes que nous avons conscré à Samuel dans la PARTIE REMERCIEMENTS)

Ferdinan, le fils de Samuel, qui en connaît déjà un rayon en mécanique

Et le soleil est de retour enfin parce que ses doux rayons nous permettent de déambuler tranquillement dans les rues du vieux Panamá. Le dimanche est parfait pour ça. Un petit marché aux puces apporte de l´animation, les voitures se sont presque toutes absentées, des groupes jouent de la salsa, les familles se promènent et au détour d´une ruelle, on tombe sur des gamins bien décidés à profiter à fond de ce petit morceau d´été.

                                          

A midi, l´astre solaire tappe si fort qu´il nous oblige à trouver un endroit au frais. On en a profité pour visiter le musée du canal et nous ne l´avons pas regretté. Dans une superbe bâtisse du XIXè siècle, c´est toute l´histoire du Panamá qui est comptée.

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c´est l´occasion de saisir à quel point l´histoire de ce petit pays est liée au fluctuations de son environnement. L´histoire du Panamá n´est autre qu´une succession de périodes fastes et de périodes de disettes, en fonction de facteurs qui lui échappent complètement. Les espagnols transportent tout l´or du Pérou en passant par l´isthme: ESSOR; sous la pression des corsaires anglais ils décident d´imposer le contournement par le cap Horn: DECLIN; les troubles indépendantistes latino-américains bloquent la navigation côtière: ESSOR; de nouvelles Nations sont proclamées et ouvrent des voies commerciales à tout va: DECLIN; la ruée vers l´or californien pousse des millions d´aventuriers à passer de l´Atlantique au Pacifique: ESSOR; les américains construisent leur premier train trans-continental: DECLIN… Et ainsi de suite jusqu´à l´inauguration du canal de Panamá en 1914 puis jusqu´à son transfer à l´Etat panaméen en 1999, enfin! Après toutes ces histoires, pas étonnant qu´ils le choyent comme un diamant de 100 carats!

Aujourd´hui, le canal de Panamá incarne le futur de ce pays finalement très jeune; il lui donne un cap, lui fournit son carburant. Un peu comme notre Kombi reconstruite! C´est notre actif le plus précieux, celui qui va nous permettre de continuer vers le Nord d´ici quelques jours, le temps de récupérer nos deux passeports, et de sentir de nouveau le macadam défiler sous nos pieds, la liberté d´aller où bon nous semble, vers le Nord, résolument!